Hace seis años, Vipers Kristiansand era un club al alza dentro de la Elite Serien Noruega, pero sin títulos. Hasta entonces no habían podido alzar ni un solo cetro, no había podido quebrar la indiscutible hegemonía del entonces imbatible Larvik HK, club con 18 titulos ligueros, 13 de ellos certificados de forma sucesiva. Sin embargo, en la 2017-2018 las «Víboras», traducción del bokmal de la palabra Vipers, se proclamaron campeonas de Liga y desde entonces han sumado cinco cetros sucesivos de Liga y otros tantos de Copa. En Europa, fueron campeonas de Champions en 2021 y ayer «bi-conquistaron» el «Santo Grial» europeo al derrotar al poderosísimo Györi de Ambros Martin ante más de 15.000 fans en Budapest, en su mayoría magiares.
MIGUEL SANTIAGO RICO. Kristiansand es la quinta ciudad más poblada de Noruega después de Oslo, Bergen, Trondheim y Stavanger. Está ubicada al sur del país, a más de 300 kilómetros de la capital y su población supera ligeramente los 100.000 habitantes.
El curso liguero 17-18 varió diametralmente el dembular del bicampeón de la Champions. Desde entonces Vipers Kristiansand se convirtió en el club de referencia en el balonmano noruego, un balonmano laureado a nivel de selección pero poco exitoso en el de clubes: hasta el año pasado sólo un título y dos finales pérdidas por el otrora monarca, Larvik HK.
EL RETORNO DE KATRINE: Katrine Lunde vino al mundo hace 42 años en Kristiansand, sus inicios en el balonmano noruego los protagonizó en el Vag Élite, el club antecesor del Vipers Kristiansand en la máxima categoría del balonmano noruego.
Lunde, la mejor portera del Mundo, sucesora de leyendas nórdicas como: Heidi Tjugum o Cecillie Leganger, regresó a Kristiansand en 2017 de la mano del técnico de referencia en la liga noruega, Ole Gustad Gjekstad, 54 años, preparador que había alzado una decena de Ligas con Larvik. Comenzaron a edificar un proyecto de futuro con fichajes muy bien diseñados que le reportaron en 2021 su primera Champions en la final ante las francesas del Brest y que culminó ayer con la segunda Champions consecutiva ante el imponente Györi del gran Ambros. El aterrizaje en Kristiansand de la más pequeña, pero la más genial, lateral zurda del balonmano femenino de élite, Nora Mork, resultó capital para sus éxitos.
UNA ESCUADRA MUY BIEN ARMADA: Vipers se desplegó muy bien en semis de la Final Four del MVM Dome de Budapest derrotando a Metz y ayer también estuvo colosal ante Györ.
Respecto al colectivo que había conquistado su primera Champions, constatamos bajas notables. No estaba la talentosa Henny Reistad, actual balonmanista del Esbjerg danés, tampoco estaba la superlativa Heidi Loke, quien ha dado a su luz a su tercera niña y tampoco Emilie Artzen, actual jugadora del CSM Bucuresti., entre otras.
Por contra, llegaron al sur de Noruega balonmanistas que han demostrado ser letales. Ejemplos. la checa Martina Jerabkova, 26 años, lateral «pequeña» de 1.74 metros pero con un lanzamiento demoledor con 19 goles en los dos duelos de la final a cuatro, la MVP de la Final Four. O la experta central sueca Bella Gullden, 32 años, 1.78 metros que provenía del Brest galo y que anotó 2 de 2 en semis y 6 de 8 en la final.
El juego interior del Vipers fue brutal ayer (6 goles de 7 tiros) con dos chicas de superlativa proyección: la croata Ana Debelic (28 años, 1.83 metros) y la española fichada en octubre Lysa Tchaptchet (20 años, 1.83 metros). En la fase decisiva de la final, Gjekstad atacó con porteria vacía, con 7 jugadoras de ataque, entre ellas las dos pivotes, estrategia que le reportó grandes réditos.
Ayer, Lunde se exhibió determinante en el segmento decisivo (12 paradas en total) y la no menos genial Nora Mork igualmente, ya no sólo por sus 4 tantos sino por sus 5 pases de gol.
Las dos exteriores suelen ser muy fiables: la diestra Andersen (25 años, 1.73 metros) o la veterana zrurda de pasaporte checo Knedlikova (32 años, 1.68 metros)
Vipers disfruta, además, de una muy buena segunda unidad con la gigante magiar Tomori o con la regularidad de Marta Tomac o Ranghild Dahl.
No quisiera olvidarme de nuestra maravillosa Nerea Pena, lesionada en septiembre e intervenida quirúrgicamente en Suecia en el mes de febrero de una tendinopatía crónica que le ha impedido disfrutar de esta Champions desde el 40×20.
Y es que este Vipers mola… y mucho. La próxima temporada, por cierto, pierde a Mork (Esbjerg) o a Gullden (Lugi), entre otras pero incorpora a la sueca Roberts o a la francesa Sercien-Ugolin, entre otras.