10 de agosto. LIlle (Francia). Stade Pierre Mauroy. 26.664 espectadores despiden a la jugadora 10 en su último baile. El baile que le proporcionó a su país, Noruega, su tercer cetro olímpico. Stine Bredal Oftedal, a la que el maestro Juan Antón en una ponencia definió como «la jugadora completa, la jugadora 10», cuelga las zapatillas a los 32 años, tanto en el Györi magiar como en la selección de Noruega. Stine se despidió a lo grande, como una estrella universal merecía, con un partidazo que le permitió colgarse su primer oro olímpico tras dos bronces en 2016 y 2020.
MIGUEL SANTIAGO RICO. El balonmano femenino noruego posee una admirable e inmensa capacidad de regeneración, de implementar relevos generacionales ante su pléyade de estrellas. Atrás quedaron súper cracks como Susann Goksor, Trine Haltvik, Kjersti Grini o Gro Hammerseng. Hasta que en el año 2010 llega al combinado que ya por entonces adiestraba el «islandés de hielo»: Thorir Hegeirsson, una pequeña playmaker, de ojos muy abiertos, de un talento sublime y de un descaro precoz, que iba a revolucionar la selección nórdica. Stine Bredal Oftedal, aquella central de Oslo, de apenas 1,68 metros que en 2019 iba a ser designada como la MEJOR JUGADORA DEL MUNDO.
Oftedal, con dorsal 10 y talento 10, conquistó con su selección 3 centros universales, cinco europeos, más el oro olímpico de París. Con su club, el Györi, donde jugó de 2017 a 2024 llegó a conquistar 3 CHAMPIONS.
Es el adiós de una súper crack, de una de esas jugadoras que cautiva siempre a quien la ve jugar. Como diría el maestro Andrés Montes y siempre con la sonrisa del jugón.
EL DATO: Oftedal dirimió 267 encuentros con la selección de Noruega marcando la nada despreciable cifra de 751 goles.
EL DETALLE: En estos Juegos Olímpicos de París 2024, Stine jugó 4 horas y 57 minutos, marcó 25 goles de 41 lanzamientos, 61% de efectividad. Además, repartió nada menos que 51 pases de gol.
OFTEDAL CON LA CAMISETA DE GYÖRI. Foto: NTB
