Llevo varios días reflexionando sobre algo que me gustaría compartir.
Es increible como las personas nos acostumbramos hasta tal punto de las cosas que hacemos de algo extraordinario algo casi obligatorio. Pues eso es lo que viene ocurriendo en mi casa, en mi club de balonmano.
Anteayer aconteció un nuevo exito de nuestra familia deportiva, el equipo que tengo la suerte de entrenar accedía por segunda vez consecutiva a la fase autonómica. Y ahí radica la reflexión de estos últimos días.
En la última decada hemos metido (si las cuentas no me fallan) en esas fases autonómicas a un total de 14 equipos y mi recuerdo de las primeras veces que lo conseguíamos (ya que por fortuna pude vivir esos momentos) era que era algo único, que debiamos disfrutar de ese premio pues no sabiamos cuantas veces se iba a repetir, ni siquiera si se iba a repetir.
Pues bién a la generación de Yeray, Vicente Manuel, Fernando, David, Alejandro y el resto de jugadores que la componían, de la cual se nutre gran parte de nuestra primera plantilla, lo que en principio era un éxito fabuloso del cual había que disfrutar se fué convirtiendo en una obligación. No sólo fases autonómicas, también sectores estatales y hoy en día «exigiendo» a esos chavales posibles ascensos.
Pues esa misma situación ha ocurrido con el club. Esa grandisima generación instauró en la mente de todos que así debía ser con todos los equipos que surgiesen del club. Algo que añadía presión a entrenadores y estos a los propios jugadores convirtiendo la lucha por un premio en algo casi obligado, olvidando que si precisamente alcanzamos esas metas las primeras veces fue sin pensar que podiamos hacerlo. Simplemente disfrutando del día a día. A esas fases se añadieron la conseguida por el juvenil del equipo dirigido por José A. Trigueros capitaneado por Enric Maestre, Erwin Feutchman o Toni Planelles. También la generación ( también en el primer equipo) de Jorge Maestre, Joaquin Maestre, Pablo Campello, etc accedieron en cadete y juvenil y la de Brais Mancebo, Angel Mañez, David Maestre en Infantil bajo la mano de Ico Gallardo. Ambos combinados llegaron también a la fase estatal. Y ya el año pasado con el equipo de Joaqui Saez y el que anteayer consiguió su segunda clasificación accedieron a estar entre los mejores equipos de la comunidad. Una comunidad de un gran nivel balonmanístico. Sinceramente creo que debemos destacar lo que nuestros chavales han conseguido, consiguen y conseguiran y darle la importancia que tiene. Ellos, desde los más pequeños a los más grandes nos estan haciendo un referente en nuestro deporte y el hecho de conseguir éxitos deportivos no nos tiene que hacer olvidar de donde venimos y quienes somos.
Somos un club que crece, un club formado por jugadores y entrenadores del pueblo y tenemos que disfrutar de cada logro porque hay que recordar que no sabemos cuando se repetirá, ni tan siquiera si se volverá a repetir. Sin «obligaciones» sino en el día a día porqué si queremos aspirar a algo no debemos hacerlo obligatorio puesto que así el día que llegue le daremos la importancia que tiene y no tendremos la sensación de haber hecho los deberes.
Disfrutemos del momento, somos referencia en BALONMANO.