FEM, es decir, Fernando Estévez Martín, se fue ayer de Elda jaleado por un centenar de hinchas del Deportivo que quisieron mostrarle el cariño y la admiración que le profesa la inmensa mayoría del DEPORTIVISMO. El ya ex-preparador azulgrana protagonizó una comparecencia, sin preguntas, en una sala de prensa abarrotada en el día de su emocionado adiós. La era Estévez expiró, al menos momentáneamente. La de Ponz está por llegar.
MIGUEL SANTIAGO RICO. Pocos minutos después de las 19:00 del 24 de junio, un día antes de que se cumpliera el primer aniversario del retorno 60 años después del CDE a la segunda división, el Deportivismo se veía obligado a cerrar un ciclo, una etapa, una era, la de Estévez.
En una comparecencia, sin preguntas, que se prolongó por espacio de 17 minutos, Estévez leyó un texto que había redactado previamente y que estaba repleto de gratitud para con todo el mundo. Acabó solicitando que nada ni nadie destruyan jamás lo que se ha conseguido, se emocionó y una ovación clausuró su disertación para la que le flanqueaban los directivos Castilla y Losa. En frente de ellos, una sala con unas 35 personas, entre medios, cuerpo técnico, empleados y directivos del club, dirección deportiva y futbolistas como Vallejo, Sergio o Capó.
Fue una tarde extremadamente emotiva en la que el preparador granadino pudo disfrutar a su salida de una ovación tremenda de los allí congregados que le mostraron un afecto sincero e inolvidable. Su abrazo infinito con don Salvador Cambronero Motilla, presidente de la Peña El Hierro, fue de los que marcan época. Simboliza el abrazo de todo el Deportivismo con un preparador que supo dejar huella en esta ciudad y sus gentes. Y al que hay que agradecerle todo lo que hizo disfrutar a esta parroquia que tanto lo idolatra. Puede ser un «hasta luego» porque la puerta se la ha dejado abierta, muy abierta.
Tras la comparecencia, dedicó «canutazo» a los medios de difusión colectiva presentes con el propósito de aclarar, en la medida de lo posible, dudas. Aportó, como siempre, entre líneas, frases para la reflexión. Muy inteligente, siempre sin ofender en público absolutamente a nadie.
Yo no conozco a Estévez desde un plano personal. Desde el profesional, he transitado muchas veces por las estribaciones del estadio y su coche estaba allí aparcado casi siempre y a horas muy dispares. Ha trabajado muchísimas horas por este equipo y el rendimiento obtenido es incuestionable, al margen de planteamientos, estrategias o rachas.
Desde aquí le deseamos la mayor de las suertes allá donde esté porque aquí somos siempre los mismos, no variamos en función de donde o como sopla el viento. La crítica debe ser siempre constructiva y nunca desde un afán iconoclasta. El respeto siempre por delante, las personas primero, lecciones ninguna, a nadie. Sin intermediarios, ni encerronas, sin prepotencia ni altanería.
Una vez me dijeron: «Fíate más del que ves venir, aunque no sea perfecto, que de aquel que lo parece sin serlo, y además nunca le ves venir», y eso hacemos.
En el entorno futbolístico no me fío de nadie, me lo aconsejó el médico y le hago caso.
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