A la pivote eldense Irene Botella (21 años, 1,.81 metros) no la veremos el 18 de diciembre en el aplazado entre Elda Prestigio y Aula Valladolid por cuanto ha publicitado su adiós al club pucelano para suscribir compromiso con el Zonzamas Lanzarote, escuadra que es vicelider de la División de Honor Oro, serie B de nuestro de balonmano de mujeres.
MIGUEL SANTIAGO RICO. Irene Botella (Elda, 2003) cumplía su tercera temporada en la Liga Guerreras Iberdrola en las filas del Caja Rural Aula Valladolid y había marcado 10 goles en 7 confrontaciones. Su cifra final de goles con el Aula ha sido de 93 tantos. Irene desea dar un nuevo paso en su carrera balonmanística y decidido firmar en Lanzarote con la pretensión de jugar muchos más minutos en un colectivo aspirante al ascenso a la máxima categoría.
LA CARTA DE DESPEDIDA DE IRENE: «Querida familia del balonmano:
Hoy me dirijo a todos vosotros para compartir una decisión que ha sido profundamente meditada y nace de mi deseo de dar un nuevo paso en mi carrera deportiva. Ha llegado el momento de cerrar mi etapa en el Caja Rural Aula Valladolid y emprender una nueva aventura en el Club Balonmano Zonzamas, un lugar que me ilusiona y donde espero seguir creciendo como jugadora y como persona.
No puedo marcharme sin dedicar unas palabras de agradecimiento a todas las personas que han formado parte de este camino y que han dejado una huella imborrable en mí. Quiero agradecer, en primer lugar, a Miguel Ángel Peñas y a todo su equipo de trabajo. Gracias por vuestra entrega, por dedicar tantas horas a ayudarme a ser no solo una mejor jugadora, sino también una mejor persona. Habéis sido un pilar fundamental en mi evolución, y siempre estaré en deuda con vosotros por vuestro esfuerzo y confianza.
Mi gratitud también va dirigida a la antigua directiva, encabezada por Cayetano Cifuentes, quien apostó por mí desde el primer momento y me trajo a Valladolid, abriéndome las puertas de este gran club. A la actual presidenta, Ana Belén Pastor, a la que solo puedo decirle ‘¡gracias de corazón!’ Ha sido una auténtica señora conmigo desde el primer día, tratando siempre de convencerme para que continuara, pero demostrando una empatía y comprensión infinitas. Siempre estaré agradecida por ello.
A los cuerpos técnicos, con Salva Puig, a mis compañeras y, sobre todo, a la afición del Aula Valladolid os quiero dar las gracias por cada momento compartido, cada victoria celebrada y cada derrota enfrentada juntos. Vosotros sois el alma de este club, y me llevo conmigo vuestro cariño, vuestra pasión y cada instante vivido sobre el 40×20.
Este no es un adiós, es un hasta luego. Me marcho con el corazón lleno de gratitud y la esperanza de que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en el futuro. Mientras tanto, llevaré con orgullo los recuerdos de esta etapa tan especial en mi vida.
Con todo mi cariño”.
IRENE BOTELLA POVEDA.