España, ese país a veces de «charanga y pandereta» que enunciaba Machado, a veces maravillosamente interracial, otras iconoclasta y ayer más unido que nunca, festejó a lo grande la cuarta Eurocopa de su selección de fútbol. Pocos confiaban en este colectivo y en este preparador, desconocido para muchos, llamado Luis de la Fuente, aquel lateral izquierdo riojano que formó parte del Athletic laureado de Javier Clemente. ESPAÑA YA ES TETRACAMPEONA DE EUROPA y lo consiguió con una escuadra más colectiva que nunca con 10 goleadores artífices de los 15 goles anotados por La Roja en este certamen, con 7 victorias en 7 duelos ante combinados de enjundia y con un fútbol superlativo. ¡Qué viva España»
MIGUEL SANTIAGO RICO. El estribillo de la canción de Manolo Escobar: !QUÉ VIVA ESPAÑA! fue archirrepetido ayer en el estadio olímpico de Berlín que albergó a 11.000 españoles y a más de 50.000 ingleses, incomprensible por cierto este desequilibrio ambiental.
En muchísimas ciudades y pueblos de España, la gente saltó a la calle para festejar la cuarta Eurocopa de la selección, lograda en mayúsculas por el mejor equipo de de esta competición que evidenció solvencia en el segundo acto, nada que ver con el primero de la final.
Con futbolistas de segmentos de edad muy dispar y variopinto, Luis de Fuente, ha sabido armonizar hasta límites inopinados a futbolistas muy jóvenes como Lamine o Nico con otros ilustres veteranos como Carvajal, Nacho o Morata, transitando por edades intermedias como el súper crack Rodri o Unai Simón, Dani Olmo (pedazo de crack) o Mikel Oyarzábal (autor del gol que valida la cuarta Eurocopa).
Íbamos por el lado del cuadro de mayor exigencia competitiva y España ha firmado 7 triunfos, la mayoría frente a oponentes muy cualificados. La selección, que ya ganó la Nations League y ya focalia sus esfuerzos en el Mundial de 2026 en América del Norte, tiene un futuro más que asegurado con futbolistas muy jóvenes y de máxima talla internacional que han comenzado a asombrar a la «futbolitis» planetaria.
LOS FESTEJOS: Los festejos por la hazaña de La Roja proliferaron por todo el territorio estatal: peninsular e insular. Incluso en territorios con ciertas bases independentistas, el fútbol cohesiona, el fútbol une y hace patria a pesar de políticos ininteligibles que niegan lo innegable.
Al margen de ello, no debemos los ambientazos de Elda (cerca de 3.000 personas en Castelar), Monóvar (cerca de 1.000 en La Sala) o avenida de Madrid en Petrer con miles de personas en las estribaciones de su fuente. Sin obviar a Pla y Romeralo, dos eldenses luciendo la camiseta y la bandera del CDE en el Olímpico berlinés.
Visualizamos en todas las ciudades muchísimos chiquillos y chiquillas de la denominada generación Z, gente súper joven que idolatra a Lamine (17 años) o a Nico (22). El fútbol es un estado de ánimo y el de España ahora se halla en estado de euforia, no es para menos. Encima, el chiquillo de El Palmar nos enamoró en la central del All England, Wimbledon, Berlín, Valderrama con Sergio: ¡QUÉ VIVA ESPAÑA!