En el mundo del Deporte, como en la vida misma, habitan todo tipo de personas. Las hay mejores y las hay peores, pero gente como JULIÁN GIL BOTELLA, no abunda demasiado, desafortunadamente. Su trato para con todo el mundo es sencillamente exquisito, haya sido el desenlace funesto o superlativo.
El técnico aspense del Club Balonmano Hispanitas Petrer ha obrado el «milagro», el milagro de hacer extremadamente competitivo a un colectivo que no terminaba de explotar en serie de bronce, el milagro es el trabajo.
Julián, muy bien fusionado con su ayudante Juanjo Maestre, ha logrado que la «generación mágica» petrerina haya adquirido la madurez necesaria como para mostrarse cien por cien competitiva, un gen del que carecía antaño en las citas de mayor enjundia.
Recuerdo una conversación con él en el último encuentro de la pasada temporada, una campaña decepcionante en la que Petrer terminó séptimo con 14 puntos, a 4 del descenso. Aquel 2 de mayo, Gil Botella se mostraba decepcionado pero no se rindió, siguió al frente de la escuadra, creyó en sus balonmanistas, apostó por ellos y la incorporación de los dos «MIGUELES» ha dotado de mucha riqueza a su balonmano.
Miguel Llorens conforma con Yeray Mancebo la mejor dupla de «treses» de este grupo, además de ser un muy buen pivote de ataque y Miguel Iniesta es un talento extraordinario que se dejó inopinadamente el balonmano, donde es un crack de plausible proyección, por el fútbol de segunda regional, y ahora ha retornado con manifiesta brillantez.
El Petrer de Julián Gil lo tiene todo, triunvirato de porteros entre los que sobresale DON DAVID, una primera línea liderada por VICENTE MANUEL POVEDA (un brazo ejecutor de incuestionable poderío) y una segunda muy bien armada en la que esta campaña ha explotado un joven diamante que va para crack: JORGE MAESTRE.
En el HISPANITAS PETRER de JULIÁN GIL, TODOS SON IMPORTANTES, todos y cada uno de los componentes de su plantilla gozan de protagonismo, todos forman parte de la rotación de un preparador que ha sentado cátedra en Petrer, pero su cátedra va mucho más allá de lo deportivo, su cátedra alcanza el «cum laude» en lo personal, sabe estar siempre, gane o pierda, es modesto donde los haya, sencillo, cercano. PETRER TIENE MUCHA SUERTE DE TENERLE y que sea para mucho tiempo.
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